“La
 manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones 
organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad 
democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de las sociedad 
constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que 
rige el destino de nuestro país” (Edward L Bernays, padre de la 
Ingeniería Social neoliberal)
“Un príncipe que quiere hacer grandes cosas necesita aprender a engañar” (Maquiavelo, Discursos)
Advertencia
 (en calve sarcástica): Se recomienda abstenerse de la lectura de este 
artículo a todas aquellas personas que siguen percibiendo el 15-M como 
un fenómeno independiente y popular y no como un producto más de 
ingeniería social creado e impulsado por la oligarquía dirigente, pues 
su idealismo o su ingenuidad les impedirá comprender análisis como éste,
 descarnadamente realistas y conscientes del alto poder de manipulación 
de dicha oligarquía.
En
 el siguiente artículo, no perderé más tiempo en demostrar que el 15-M 
(a escala local) y el movimiento de lo indignados (a escala 
internacional) no son más que meros productos de ingeniería social 
neoliberal destinados a crear un estado de opinión pública determinado 
(malestar social y demanda de cambios) pues esto es algo que creo que ha
 quedado sobradamente probado ya en anteriores artículos (propaganda 
masiva del fenómeno a través de los diferentes aparatos mediáticos, 
apoyo y colaboracionismo de las instituciones estatales y de personas 
vinculadas al establishment, utilización de estrategias propias del 
marketing empresarial…), y que, cada vez, se hace más evidente para 
todas aquellas personas libres de prejuicios y creencias ideológicas 
varias (un ejemplo es el reciente apoyo al 15-M del multimillonario 
jugador de baloncesto de los Ángeles Lakers, Pau Gasol).
Aquí,
 tan sólo me ocuparé ya de analizar los objetivos buscados por la 
oligarquía dirigente con todo este drama, representado en tres actos (la
 crisis fue el primero, las revueltas de los indignados el segundo y el 
planteamiento de reformas y transformaciones es el tercero o desenlace).
 Para ello, me basaré en el Informe Transforma España, lanzado hace más 
de un año por la Fundación Everis, y suscrito por el conjunto de la 
oligarquía española (BBVA, Santander, La Caixa, Grupo PRISA, Vocento, 
Repsol, CEPSA, Telefónica, Bankinter, MAFRE, Barclays, Inditex… La lista
 completa la podrás encontrar en la pag. 24) y un grupo de supuestos 
representantes de la sociedad civil, todo ellos vasallos de los primeros
 (entre los que destaca el apóstol mediático del 15-M, Eduardo Punset).
El
 motivo de acudir a este Informe es debido a que, si las revueltas de 
los indignados son un producto planificado, creado e impulsado por la 
propia oligarquía (como ha quedado en evidencia), para conocer los 
objetivos que se esconden tras este proyecto, es necesario saber la 
solución que dicha oligarquía plantea a demandas similares a las 
planteadas por los primeros (depuración política, participación 
ciudadana, empleo, acceso a la vivienda…), unas soluciones que 
precisamente aparecen recogidas en el Informe Transforma España.
No
 soy, precisamente, un experto conocedor del hipócrita y falsario 
lenguaje macroeconómico, utilizado en el Informe Transforma España, cuyo
 objetivo es camuflar teorías y prácticas destinadas a aumentar el grado
 de explotación de la especie humana, en beneficio de una élite 
minoritaria (y muy posiblemente perturbada psicológicamente), pero haré 
un esfuerzo. Es por ello que os animo a hacer vuestro propio análisis 
del Informe Transforma España y a sacar vuestras propias conclusiones, 
pues si no son estas salvajes medidas neoliberales (contenidas en dicho 
Informe) las que pretenden aplicarnos, en un futuro a corto plazo, serán
 otras no muy diferentes.
Lo
 primero que hace el Informe de la oligarquía española es situar a la 
crisis económica global y local en el centro del debate y como el 
principal problema a resolver. Algo que llevan haciendo muy 
disciplinadamente, desde hace algún tiempo, todos los medios de 
comunicación de masas capitalistas y la mayor parte de las 
organizaciones políticas, sindicales y sociales. Utilizando términos 
teatrales, podríamos decir que la crisis fue el primer acto de este 
nuevo drama de la sociedad del espectáculo, destinado a crear 
sensaciones de alarma y angustia entre el gran público, que permitan una
 más fácil manipulación del mismo.
“Y 
de repente, más tímidamente en el 2007 y ya de lleno en el 2008 y 2009, 
llega la crisis interna, al compás de una crisis global, igualmente 
dura, aunque con ingredientes y síntomas distintos.” (pag. 11)
Concretando
 un poco más, en el apartado 2 del Informe, “Radiografía y diagnóstico”,
 tras un engañoso e interesado análisis de la economía española, se hace
 un negativo y catastrofista balance de la situación actual, centrando 
las causas del problema en el estancamiento del modelo productivo, 
motivado principalmente, según el informe, por la deficiente capacidad 
de competitividad del mismo (la competitividad debe de ser entendida 
aquí, como la capacidad del sistema para generar un mayor grado de 
plusvalía, algo que sólo se consigue aumentando el grado de explotación 
de los trabajadores, pag. 52); la  rigidez del marco productivo, 
situando a la falta de flexibilidad laboral como el factor más 
determinante de la misma (esta flexibilidad debe ser entendida como la 
posibilidad de de aumentar el grado de explotación de los trabajadores, 
pag. 62) y la inmadurez del modelo estatal para solucionar todo lo 
anterior (es decir, el insuficiente compromiso del aparato estatal con 
un aumento del grado de explotación de los trabajadores, pag 73).
Sintetizando
 un poco, el análisis de la oligarquía española sitúa el origen del 
“problema” del siguiente modo: el modelo productivo basado en la 
explotación de los seres humanos se ha estancado, debido, 
principalmente, a la rigidez del marco productivo, que no permite 
mayores grados de explotación y al modelo de Estado, que no colabora lo 
suficiente en dicha explotación.
Para
 solucionar el “problema”, la oligarquía plantea en su informe una serie
 de propuestas, que con toda seguridad serán las que terminen por 
aplicarse en la tercera parte del drama (el desenlace). Unas propuestas 
que, camufladas bajo un lenguaje engañoso e hipócrita (lenguaje que nada
 tiene que envidiar a la neolengua pensada por George Orwell en su 
distopía “1984”), serán probablemente presentadas como respuestas a las 
demandas populares planteadas en el segundo acto de este drama 
(movimiento de los indignados). Debido al carácter engañoso y 
manipulador de tales propuestas, trataré aquí de hacerlas lo más 
comprensibles que me sea posible.
Ya, en la introducción, el Informe empieza a esbozar la solución al “problema”.
“La 
clave pasa por convertir estos momentos de coyuntura económica adversa 
en la oportunidad para la transformación estructural y sistémica que le 
permita ser un país plenamente adaptado a las nuevas realidades de 
mañana y pasado mañana.” (pag. 9)
“esta
 crisis se puede convertir en un excelente acicate a la hora de abordar 
cambios profundos y múltiples con mayor consenso, corresponsabilidad, 
humildad y capacidad de sacrificio. Como dijo John. F. McDonnell, 
entonces patrón de McDonnell Douglas Corporation, «si ya es difícil que 
un colectivo en dificultad cambie, es prácticamente imposible que lo 
haga cuando exhibe todos los signos externos del éxito; sin el acicate 
de una crisis o un periodo de gran tensión, la mayor parte de los 
colectivos – al igual que la mayor parte de las personas – es incapaz de
 cambiar los hábitos y actitudes de toda una vida».” (pag. 11)
“El 
reto no es de evolución, sino de transformación. Se trata de repensar y 
refundar todos los pilares del sistema-país.” (pag. 14)
Según
 se desprende de las anteriores afirmaciones, el objetivo es una especie
 de revolución sistémica, que transforme las actuales estructuras. Un 
hecho importante, a tener en cuenta, en las anteriores declaraciones, es
 que el propio Informe reconoce, con total descaro, que la misma crisis 
es una gran “oportunidad” para afrontar cambios estructurales, que estos
 grandes oligarcas consideran necesarios para “solucionar la crisis” (en
 este informe, la falsaria idea “solucionar la crisis”, debe ser 
entendida como “aumentar los beneficios empresariales”), y que de otra 
manera serían imposibles de poner en práctica. Es decir, el Informe 
acaba reconociendo que la actual crisis es beneficiosa para desarrollar 
los objetivos buscados por estas élites financieras (otro claro indicio 
de la autoprovocación de la crisis, junto al de su difusión masiva a 
través de los medios de comunicación de masas capitalistas).
Estos cambios o transformaciones sistémicas serían puestos en práctica, más o menos, de la siguiente forma.
“El
 hecho de tratarse en muchos casos de retos estructurales, los asocia 
irremediablemente con cambios lentos y prolongados en el tiempo. Esto 
refuerza, si cabe todavía más, la urgencia de iniciarlos cuanto antes.” 
(pag.15)
Con
 esta idea, se pretende blindar, a lo largo de los años, los cambios y 
reformas que se introducirán de golpe, con la excusa de que se trata de 
un proceso largo. Es decir, tras la falsa idea de un proceso largo, se 
esconde la intención de que los cambios introducidos de golpe, no sean 
tocados en mucho tiempo.
“Por
 el carácter sistémico de los cambios a acometer, este momento de 
oportunidad único para España exige un consenso y corresponsabilidad 
sólidos entre el máximo de fuerzas políticas del país y la Sociedad 
Civil.” (pag.15)
Según
 esta última afirmación, la oligarquía reconoce que es necesario un 
consenso masivo (o su escenificación) para la consecución de estas 
transformaciones revolucionarias. Esto es debido a la necesidad de hacer
 pasar como “demandas populares”, otra cosa que no son más que medidas 
“impuestas” o “inducidas”. Con este objetivo (aunque ellos, como es 
natural, no quieran reconocerlo) debe ser entendido el impulso de 
fenómenos sociales de masas, como el 15-M o movimiento de los 
indignados, que reclaman transformaciones revolucionarias. Esto servirá 
para justificar la introducción de cambios sistémicos (aunque éstos 
terminen yendo en una dirección muy diferente a la pretendida por los 
indignados), con el consenso social necesario. Un ejemplo, para 
comprender esto, es el fenómeno del terrorismo, con el que se justifica 
el crecimiento del estado policial, bajo la excusa de la lucha contra el
 terrorismo, pero que finalmente se acaba utilizando para controlar más a
 todo el conjunto de la sociedad.
Es
 decir, tras la apariencia de un proceso de larga duración de cambios y 
reformas sistémicas que responden a unas supuestas demandas populares, 
se esconde un golpe de Estado en toda regla, por parte de los 
“mercados”.
Otra
 idea general que se desprende, tras la lectura total del Informe, es la
 de la intención de una completa supeditación de la economía española a 
la economía global.
El
 Informe, además de una ideología radicalmente neoliberal, en la que el 
valor principal es la obtención del máximo beneficio económico, a 
expensas de lo que sea, y en la que se considera al ser humano como un 
autómata, mero productor de valor (plus valor), está impregnado por una 
visión claramente globalista. En este sentido, propone la total 
supeditación de España a la economía neoliberal globalista, en la que se
 supeditarán los intereses particulares de las naciones a unos supuestos
 intereses globales, regidos por los principios de la economía 
neoliberal. En otras palabras, se propone supeditar a una dictadura 
totalitaria, al servicio de los intereses privados de las corporaciones 
multinacionales, los intereses del conjunto de la población española.
“Cuando
 el modelo-país está alineado con las reglas de juego del entorno 
global, y se movilizan adecuadamente los vectores de crecimiento y 
competitividad sostenible desde una perspectiva social, empresarial y 
financiera, el desarrollo resultante tiene potencial de “milagro” 
socioeconómico.” (pag.14)
“La 
construcción de un nuevo sistema-país “sano” ha de llevarse a cabo 
también siempre mirando hacia afuera, hacia un mundo lleno de 
oportunidades y globalmente conectado e interdependiente. Las nuevas 
reglas de juego han demostrado primero que, en el mapa global, ningún 
país está ya solo, para lo bueno y para lo malo; y segundo que lo local 
es importante pero siempre como parte de un todo-país y un todo-mundo. 
Obsesionarse con cerrar artificialmente un país al resto del mundo o 
“mirarse al ombligo”, son, a medio y largo plazo, un harakiri en toda 
regla. Al contrario, hay que poner todo el énfasis en descubrir cómo 
abrir inteligente y provechosamente el país al mundo” (pag. 87)
Para
 llevar a la práctica las anteriores propuestas generales (revolución 
del sistema, para adaptarlo a una economía neoliberal globalista), el 
Informe propone una serie de medidas más concretas.
- 
Búsqueda de la máxima rentabilidad en el proceso de explotación del ser 
humano. Búsqueda del explotado perfecto: adaptable, moldeable y 
dispuesto siempre al servicio de los intereses de las corporaciones 
capitalistas.
“Cabe
 repensar pues todo el modelo de creación y gestión del talento y 
conocimiento de las personas que componen una sociedad, desde el núcleo 
familiar hasta el entorno profesional y post-profesional, pasando por el
 Sistema Educativo y las comunidades sociales.” (pag. 17, 96)
“la 
clave pasa por crear un verdadero mercado del talento transparente, 
justo, flexible, proactivo y dinámico, con una fuerte movilidad 
geográfica, sectorial y organizativa, y abierto a importar/exportar 
talento con el resto del mundo.” (pag.18, 97)
Conversión del individuo en perfectos autómatas (pag. 53, ventana para la inteligencia colectiva)
- 
Aumento de los niveles de competitividad para conseguir mejores 
resultados económicos. La única forma de conseguir esto, en una sociedad
 regida por los principios de la economía neoliberal, es aumentando el 
grado de explotación de la clase obrera (aumentar las horas de trabajo y
 reducir los sueldos), no hay otra.
“La
 competitividad es, al mismo tiempo, el ingrediente clave y la 
consecuencia básica de la ecuación económica de un país.” (pag. 18, 97)
- 
Desaparición del Estado del Bienestar, tal y como lo entendemos hasta 
ahora, es decir, desaparición de los derechos sociales, en aras de su 
privatización.
“en 
cualquier núcleo social, una percepción completa por parte de los 
miembros del qué, porqué y cuánto de los usos y disfrutes, conduce 
rápidamente a la definición del mejor (más útil, efectivo y eficiente) 
conjunto de activos para el bienestar, tanto individual como colectivo, 
que se puede permitir el núcleo social en cuestión.” (pag. 19, 98)
En otras palabras, sólo disfrutará de derechos sociales aquél que se los pueda pagar.
- 
Remodelación del sistema financiero actual para abrir nuevos campos a la
 economía especulativa (internet, ecología, etc), es decir, a la 
economía basada en la venta de un producto por encima de su valor real.
“El 
concepto de capital financiero inteligente que se plantea aquí se 
cimienta en una racionalización y profesionalización de agentes e 
instrumentos, una conexión con todos los agentes y usuarios potenciales 
(incluyendo colectivos muy pequeños y singulares, en particular todos 
aquellos relacionados con la Economía del Conocimiento), todo ello 
combinado con una mayor capacidad de regulación y auto-regulación para 
detectar y anticiparse a anomalías, excesos y burbujas. (pag.19, 98)
- 
Transformación del actual modelo de administración pública en aras de 
una mayor centralización y, por lo tanto, de un mayor control 
totalitario.
“La
 vertebración del aparato público en múltiples ámbitos de actuación 
(geografías, competencias, intermediarios, etc.) y su concepción 
heredada, en muchos aspectos, de un pasado ya caduco, obligan a una 
revisión profunda del papel, alcance, organización, modelo de prestación
 y ámbito de proximidad de las Administraciones Públicas.” (pag. 20, 99)
-
 Poner a disposición de los intereses de las corporaciones financieras 
y, por lo tanto, a los valores neoliberales más salvajes, a todo el 
país.
“la 
estrategia y gestión de la marca-país debe dejar de ser una actividad 
colateral, artesanal e individual, para convertirse en condición 
necesaria de toda estrategia de creación y proyección de valor de un 
país.” (pag. 20, 99)
- Institucionalización de todo lo anterior, es decir, institucionalización de la Revolución neoliberal.
“definición
 de un nuevo plano estratégico estable y claro en el que se desenvuelvan
 los grandes ejes de transformación estructural del país. Este plano 
establecerá guías de medio y largo plazo institucionalizadas, que 
trasciendan a ciclos electorales” (pag. 21, 100)
- 
Transformación del modelo participativo de los ciudadanos en la 
sociedad,  hacia un modelo tecnotrónico (basado en las 
telecomunicaciones) fácilmente controlable y manipulable.
“una
 nueva Sociedad Civil debe emerger y encontrar su nueva misión, 
identidad y voz. Para ello, combinará materializaciones más 
convencionales y “físicas”, con nuevas formas más innovadoras y 
“virtuales”. (pag. 21, 100)
El Informe acaba haciendo un llamamiento a la urgencia.
“El 
hecho de tratarse en muchos casos de retos estructurales, los asocia 
irremediablemente con cambios lentos y prolongados en el tiempo. Esto 
refuerza, si cabe todavía más, la urgencia de iniciarlos cuanto antes.” 
(pag. 105)
Por último, el Informe termina advirtiéndonos sobre un futuro duro e incierto.
“Culminar
 la transformación requerirá en efecto de un proceso largo, 
extremadamente largo en el tiempo, en el que se tendrá que acometer una 
aparentemente interminable lista de acciones y reacciones. ¿Impaciencias
 y desánimos? Los habrá y muchos.” (pag. 107)
Sin
 duda, en un futuro próximo, asistiremos a nuevas representaciones 
teatrales, diseñadas e impulsadas por la ingeniería social neoliberal, 
con el objetivo de apuntalar su Revolución, y en las que los ciudadanos 
representaremos, como siempre, el papel más duro y doloroso.